La brecha de género en el mundo laboral es una realidad alarmante que continúa en aumento, especialmente en países como México, donde persiste una desigualdad económica evidente. A pesar de algunos avances, las mujeres enfrentan significativas dificultades en el mercado laboral, subrayando la urgente necesidad de medidas concretas para promover la igualdad de género y superar las barreras sistémicas que limitan su acceso a oportunidades económicas equitativas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha advertido que la brecha salarial y las disparidades en las condiciones laborales apenas han variado en las últimas dos décadas, lo que refleja un estancamiento preocupante.

Según datos del INEGI, en un lapso de tres meses, los hombres en México perciben un promedio de 10,204 pesos más que las mujeres, con un aumento del 13% en comparación con 2020, evidenciando una brecha que sigue ampliándose.

Sin embargo, la problemática va más allá de los salarios. Las mujeres enfrentan dificultades para ingresar al mercado laboral, con tasas de desempleo que, aunque oficialmente similares a las de los hombres, tienden a excluir de manera desproporcionada a las mujeres debido a responsabilidades familiares y personales, como el trabajo no remunerado de cuidados.

Además, las mujeres están sobrerrepresentadas en trabajos vulnerables, lo que impacta negativamente en sus ingresos. A nivel mundial, por cada dólar que ganan los hombres, las mujeres perciben sólo 51 centavos, y en países como México, la situación es aún más grave.

Para abordar esta problemática, es crucial que las empresas implementen políticas de igualdad salarial y promuevan la diversidad y la inclusión en todos los niveles organizativos.

Las políticas gubernamentales, como un salario mínimo digno y el fortalecimiento de los sistemas de cuidado infantil, también desempeñan un papel fundamental en la reducción de la brecha laboral.

Asimismo, se debe fomentar una cultura laboral que valore y apoye la igualdad de género, combatiendo los estereotipos y creando un ambiente de trabajo inclusivo y respetuoso.

En última instancia, abordar la brecha laboral de género requiere un esfuerzo conjunto y coordinado a nivel global, involucrando a gobiernos, empresas, organizaciones de la sociedad civil y a la sociedad en su conjunto. Solo así podremos avanzar hacia un futuro más equitativo y próspero para todos.